Espectacular, para quitarse el sombrero el partido de Rafa Nadal en la final del Torneo Conde de Godó, ahora Sabadell. No era fácil, el oponente venía de ganar el torneo de Montecarlo y nadie había conseguido hacerle un set, Tsitsipas ha madurado y sin duda es el digno sucesor de esta generación.
Me gustó mucho Nadal, por su pundonor, por seguir motivado tras años de triunfos y torneos conseguidos, alguien capaz de gritar al ganar un punto comprometido,… pero también me gustó el griego, con un físico impresionante, coordinado, con buena técnica,… capaz de intercambiar peloteos, de llegar a bolas imposibles y pasar de dominado a dominador, y lo que más, ha abandonado los gestos, ya no discute las decisiones de los jueces, sabe estar, y eso es muy importante.
No voy a hacer un resumen del partido, creo que quien tenga la posibilidad
de verlo que lo haga, porque es de los que hacen afición. Siento envidia de los que estuvieron presentes para disfrutar de un espectáculo que no siempre se repetirá, viva el tenis y los gladiadores que luchan en esas pistas, la de tierra con un sabor distinto, ahí es donde se ve lo que es tenis.
