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La educación (o la falta de ella) en los nuevos deportistas.

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Esta mañana algunos diarios abrían su sección de tenis clamando contra la actitud chulesca y prepotente de Nick Kyrios. Este joven jugador australiano que sin duda pasara a la historia por su toque díscolo y su tremendísima mala educación, ya que nadie recordara hazaña alguna que haya conseguido o que consiga en un futuro.

Pues bien, hoy quería remarcar la importancia de educar correctamente a las nuevas generaciones. Nunca me gusto esa frase que decía “cuando se trata de ganar todo vale”, creo que es una frase que se quedo se debió quedar anclada en el pensamiento hosco de otras generaciones, el mundo del deporte y la sociedad en general ha evolucionado y lo continuara haciendo.  La labor de padres y entrenadores en este caso es de vital importancia. Hace unas semanas presenciaba en un campeonato de tenis, como un jugador joven utilizaba un golpe por debajo de las piernas en un punto intrascendente y que podría haber jugado con toda normalidad, jamás diré nada de un recurso sacado inextremis, un “Willy” o cualquier golpe de reflejos u obligado. Pues bien, este chico no era alumno mío, y no me tocaba a mi dirigirme a él directamente, pero no perdí la oportunidad de dejar mi opinión hacia los míos y fue la siguiente: “si este chico fuera alumno mío, al final del partido se llevaría una pequeña reprimenda, en cuanto dejas de tener respeto al contrario, todo lo que consigas después para mi pierde su valor”  y hoy aquí tratare de ampliar mi opinión sobre esto.

Creo que a veces perdemos de vista lo verdaderamente importante, y se permite, diría incluso más, se anima a un jugador que está teniendo una actitud prepotente o chulesca con su adversario (muchas veces de un nivel inferior), se anima o  se potencia que los jugadores aplaudan un error del oponente o el público se eche encima de niños de apenas 8 o 9 años en competiciones por equipos, solo porque se quiere ganar a toda cosa

¡Aplaudan señores! , ¡Animen ¡Pero cuidado, si os descuidáis dejareis que se formen jugadores como este australiano, que personalmente me avergonzaría decir que ha sido alumno mío, por muy bien que juegue al tenis.

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