Roland Garros tiene algo grande, la tierra es una superficie idónea para desarrollar un juego vistoso donde la potencia no es el signo diferencial. Ayer en los cuartos de final vimos primero a Diego Schwartzman, el peque, contra el campeón actual Rafael Nadal, y da gusto ver la disputa en cada uno de los puntos, el argentino siempre pone sobre la mesa su carácter y su talante ganador, no se amedranta de tener en frente al campeón, pero es que además creo que le va bien jugar con Nadal, más cuando le entran sus golpes, se lo puso difícil al español ganando el segundo set, y obligó a Rafa a sacar lo mejor, a subir un nivel su juego, el marcador del último set lo demuestra 6-0.
Final anticipada en la parte superior del cuadro
En la otra semifinal de la parte alta del cuadro se enfrentaban Djokovic contra Matteo Berrettini, uno de los jóvenes italianos que están llamados a dominar en el tenis mundial, pero el número uno no quería sorpresas y se lo tomó muy en serio desde el primer minuto, ganando con claridad en tres sets. Cuando quiere Nole es intratable, aunque su excesiva confianza le jugá una mala pasada cediendo el tercer set en el tie-break, y necesitó un cuarto set, muy competido, 7-5 para lograr la victoria. Vimos dos Djokovic, el dominador intratable y el desagradable tenista en que se convierte cuando las cosas no le salen, pero siempre tiene recursos para salir de los atolladeros. En fin, un serio candidato a la final que se enfrentará en las semifinales al campeón actual, una final anticipada con ningún favorito.
En la final estará un joven de la nueva hornada.
Por la parte baja, la semifinal la disputaran dos jóvenes, el griego Tsitsipas contra el alemán Zverev, para mi el favorito claro es heleno, que lleva un año magnífico donde es líder en partidos ganados, y sobre todo porque veo que ha madurado mucho. Lo que sea será, lo seguro es que el espectáculo está garantizado.